Pinzas para el alma

Si yo hubiera sido Pablo Ruiz, probablemente hubiera cambiado la canción a:

Que bonitas cejas tienes
Que bonitas cejas tienes
Encima de esos dos ojos
Que bonitas cejas tienes

Mi bolita una vez me dijo que mis cejas eran hermosas. Desde ese día le creí. Cuando me preguntan qué parte de mi cuerpo es el que más me gusta, para sorpresa de muchos, digo “mis cejas”, por lo mismo es una de las partes que más cuido de mi cuerpo. Llevo conmigo y a todos lados mi pinza y mi espejito, para retocarlas si es necesario. No dudo que ellas me llevarán lejos.

Asimismo, cuando me preguntan qué le veo a un chico, digo también “sus cejas”. Es que no son solo las cejas, claro, ellas no vienen solas. Pero ese marco de ojos que llevamos encima es lo que realmente le da un toque a la mirada. Si no tienes cejas, no tienes mirada, si tus cejas son así o asá, hacen que tu mirada sea fuerte, penetrante o triste, o dulce. No son sólo los ojos, son las cejas.

Gracias papi por las cejas que me heredaste, por eso me gustas tanto, porque tu mirada es fuerte. Ni sé si tengo pestañas, y no defino bien el color de mis ojos, ni tampoco sé si realmente mis cejas son tan bonitas, pero mientras estén peinadas, estoy lista para matar (con la mirada).