De cómo organizarle una fiesta sorpresa a tu chica-novia-esposa (incluso cuando te ha estado exigiendo una fiesta sorpresa por meses).

(correcto: amo los títulos gigantes)

Contexto: se acerca el cumpleaños de tu chica-novia-esposa (CNE), quien por meses ha mencionado, con poca vergüenza, que nunca en su vida ha tenido una fiesta sorpresa. Y no sólo eso, tu (muy sinvergüenza). CNE se lo ha mencionado también a sus amigos y tus amigos, con la intención de generar presión, sin darse cuenta que lo que genera es todo menos ganas de celebrarle una fiesta sorpresa.

Y así, se dan los siguientes acontecimientos:

• Cuando CNE pregunta a su grupo mutuo de amigos que qué planes el fin de su santo, nadie pero NADIE estará en el país ese fin de semana. NADIE.
• Cuando CNE te pregunta si la vas a invitar a cenar como lo has hecho todos los otros años, tú le contestas: no sé, quizá.
• Cuando a dos para su santo, CNE te pregunta que a dónde van a ir, tú le contestas que es sorpresa, porque ella quería una sorpresa por su cumpleaños. Luego añades, serán dos lugares: primero vamos a ir a tomar unos tragos. CNE sospecha, pero no sabe qué sospechar.
• Cuando a un día para el gran día, le preguntas a CNE si va a trabajar el día de su santo desde casa y CNE recuerda que por San Valentín, ella había decidido trabajar de casa mientras tú le mandabas flores a la oficina, entonces ella responde que no, que ella va a la oficina de todas formas. Nota mental: no le mandes flores, sólo querías saber.

Y así, llega el gran día. CNE y tú se despiden en la mañana y cada uno enrumba a un viernes más de laburo. Con la promesa de que una nueva mascota llegará a vuesto hogar a fin de mes, no has necesitado que despertarla con regalos. Y así, se despiden y en la tarde se da la siguiente escena.

• Son las 4pm y CNE llega a casa (normalmente no suele llegar antes de las 6). Reaccionas sorprendido, pero sin pararte del sillón en donde cómodamente juegas Grand Theft Auto V: “y qué haces tan temprano”?
• Pero la sorpresa de ella es aun mayor: la sala desordenada que había dejado esa mañana está totalmente limpia, el piso aspirado, el patio sin hojas de otoño, los platos en el lavaplatos activado, y en la mesa del comedor: flores. Ella te llena de besos mientras sospecha que la fiesta será en casa.
• Pasan las horas y tú no te has movido del sillón, ella ha ido a comprar un par de botellas de vino y unas uvitas porque tiene hambre. “me cambio?” – pregunta, “a dónde vamos a ir?”. “Es sorpresa”.
• Pasa otra media hora: “a qué hora vamos a salir? Por qué has limpiado?”, ella continúa. Respóndele que no tienen que llegar a una hora específica al “primer lugar”, y vístete como cualquier otro viernes.
• A una hora recontra random: salgan

Y sorpresa!*

*Claro, previamente habías reservado un área cerrada en uno de sus restaurantes favoritos, habías invitado a todos sus amigos quienes  los esperaban escondidos detrás de la puerta, y se quedaron bebiendo y comiendo hasta que los perros les mearon encima. 

La expectativas y realidad del día del cumpleaños

No, no pido mucho. Sólo que a veces deseo, en secreto, que el día de mi cumpleaños sea un día especial no sólo para mí, sino para todos.

Ahora no lo sé porque tengo las cortinas cerradas, pero cuando salga de mi casa para ir al trabajo (porque OK, entiendo que no podemos hacer de este día un feriado - mentira, no entiendo, no es que la gente trabaje los viernes), todos TODOS los vecinos, muy de buen humor, me saludarán y dirán feliz cumpleaños.

Luego llegaré a la estación del bus, y los que esperan todos los días el bus conmigo, sabrán que hoy es mi cumpleaños y empezaremos a bailar.

Llegaré a mi oficina y habrá globos y torta (aunque estemos en Holanda, aunque la costumbre sea que el cumpleañero lleve la torta, aunque no me guste la torta). Hoy por mi cumpleaños, será uno de esos días en que no tendré que reiniciar mi computadora dos veces para que funcione, y quizá cuando habrá google, me daré cuenta que el doodle del día me conmemora a mí. Hoy seguro que el doodle dirá Gooo30gle con letras festivas. I know it in my heart.

La rutina se repetirá de regreso a casa y sin darme cuenta, los bailarines me han guiado a un salón gigante, en donde esposo me espera para bailar.

Y por qué no?! Quizá hasta mi tetera me empiece a cantar.

Digo, hoy quizá sea uno de esos cumpleaños... o quizá, sea aun mejor.
Ya les cuento.

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Nota al pie: buscando los gifs para este post, me di cuenta que Google si sabe que es mi cumpleaños, yo sé que sólo yo lo veo, pero díganme que ustedes también y que el doodle del día es este para ustedes también.

Y tú qué sabes, quizá es porque Google lee mi blog. 

Oigan, hoy creo que también es mi post MIL. 

Que venga el recuento!! (en otro post, porque tengo que ir a chambear y a saludar a todos mis vecinos).

Cierra los ojos y pide un deseo (29 velitas)

Mañana es mi cumpleaños y a diferencia del año pasado, espero este año tener al menos un kekito con velas para soplar y pedir mis deseos cumpleañeros.

-          Y qué vas a pedir?
-          Si te digo no se cumple!

Y que pasa si eso es verdad? Pues si es verdad, voy a contarles mis deseos imposibles, porque si no se cumplen, no me hago paltas; y si se cumplen, enhorabuena.

Deseo que no sea un kekito, sino una torta helada preparada por nada más ni nada menos que mi bolita, con su durazno al jugo y su gelatina rosada que probablemente me comeré (sin engordar) antes que toque la torta. Luego que sobre, para que me haga mi “postre primavera”, ese que debe ser muy fácil de hacer y probablemente nunca me anime a aprender. Que me canten happy birthday alrededor de la mesa (y conmigo al medio) mi papi, mi mami, mi hermana, novio y Elvis. También mis abuelitos (si mi abuelito no se ha quedado dormido) y quien se quiera unir al coro.

Deseo también (como me hago un año más vieja) un par de centímetros más de altura (deseo estar en pleno crecimiento!) para verme super regia en el vestido de novia (toco madera con lo de regia, que sí se cumple caraho).

Deseo que Lima esté a un paso de Holanda, o al menos que bajen (bastante) los precios del avión, para poder ir por un fin de semana si me viene en gana.

Deseo ganar la lotería, porque ya me cansé de no poder comprarme ropa nueva por estar ahorrando para mi carro (habla pues problemas del primer mundo). Ok, un poquito más down-to-earth, deseo encontrarme 50 euros en el bolsillo.

Y deseo que mañana por mi cumpleaños no llueva, o que llueva un poco lejos de donde estoy para que el sol cree un arco iris. Ah, y que el vino que me tome para celebrar, no me de resaca, ni me engorde ni me tiña los dientes de morado.

Amén.