Ves a esa señora? Es mi madre.

Hoy mientras mi madre le cosía un botón a mi pantalón, me confesó que esta pudo haber sido su alternativa laboral sino fuera lo que es. Y la verdad es que nunca lo dudé: mi madre es una ama de casa que nunca fue.

Cuando es dia de limpieza, hay que huir pues ella toma las riendas de la situación, saca, desempolva y vuelve a meter todo lo que haya en la casa; además, haga calor o frío, mi madre sale con su manguera a regar el jardín y cuando no riega, limpia u ordena, cose. Busca que botones se han caído, busca que bastas hay que subir, etc. Cuando termina, va al mercado y compra flores que luego corta y usa para ambientar su casa. Porque ella es definitivamente la ama y señora de la casa. Doctorada en esa profesión luego de 26 años de vivirla. Pero mi madre es joven. Se casó a los 21, a los 22 tuvo a mi hermana mayor, y a los 24 me tuvo a mi. Y 26 años después, nos pone a Serrat los domingos a las 9am mientras prepara la mesa para el desayuno.

Pero este lado de mi madre ocupa sus ratos libres, pues no sé en qué momento se dio el tiempo de terminar su carrera de economista en la de Lima, hacer un año de especialidad en Chile y sacar una maestría en salud publica y otra en demografía en la Cayetano. Tampoco sé en que momento fue profesora de dos cursos en esta universidad y otras dos veces en la Católica, y tampoco tengo idea de cómo hace para repartise entre su trabajo y sus constantes dictados de talleres en El Salvador, Ecuador, Bolivia, Guatemala y Paraguay.

Mi madre viaja tanto que a veces cuando me preguntan que qué hace, me cuesta tanto explicarlo que digo de broma que es narco. Pero nada más lejos que eso. Es verdad, no sé decir qué hace mi madre, no sé bien que hace, pero tampoco me importa. Es que mi madre no hace, ES. No quiero presumir, pero nuevamente reafirmo mi fortuna y mi madre es un premio.

La ves? Es la señora de ahí. Mi madre...