Pregúntame que tal mi fin de semana…

(Y bueno… ya que insistes… )

Pues te cuento con cacha un fin de semana de reina, en donde a pesar de mi color marroncito, pude ponerme mi peluca rubia para engreírme un poco. Como consecuencia, me disculparás si se me salen mis villamariadas angloparlantes, you never know, it may happen.

Mi sábado empezó desayunando sola, mis padres se quitaban para Eisha pero yo tenía planes de quedarme en Lima. Luego de tomar mi desayunó de Fitness® con yogurt prebiótico y prebiótico y demás microbacterias, me dispuse a sentarme en el sofá de cuero, tentada por la reina de las chick flicks, Meg Ryan en “You got mail”. Pero yo soy más fuerte y partí al spinning. Felizmente, me armé de valor y puse a llorar mi cuerpo nuevamente hasta el cansancio. Pero es el precio de la fama, ¿no?

(que atorrante, mu) (well, go on)

Cambiada, churra y bañada fui a la peluquería. Porque para peluditas, tula rodriguez, pero esta mu debe pasar por la cera caliente. Por ser día de reinas, chapé COSAS, empezando por la sección sociales, siguiendo por la vida de los snobs de Hollywood, y terminando en la vida del príncipe de Asturias y de la infanta Leonor. Siempre cae bien un poco de cultura.

Luego me fui a ver al novio para un almuercito regio de ensaladitas en San Antonio (bueno, eso por mi parte, porque el chuki optó por almorzar helado y tres leches, pero él es regio a pesar de todo) y a seguir con el día nice… es hora del spa.

Llegué a mi cita a tiempo y fue el engreimiento máximo. DIOS (ya vi que esto va a ser largo).

- adelante, este es el baño, acá está su bata, su toalla.
- Ok… gracias (yo estaba perdida, too much para esta negris) me quedo en ropa interior?
- Oh no, señorita. Acá en estas bolsitas, tiene su trusa y brassiere.
- (paréntesis: estamos hablando de trusa y bra descartables! Aptos para climas húmedos
con olor a eucaliptos)
- Lista?
- Ajap
- Venga por aquí.

Me llevaron a mi cámara de vapor para el primer momento de relax. 10 minutos bastaron para ablandar los músculos del spinning y empezar a preocuparme por si mis pulmones se llenarían de agua.

- Lista?
- Sip
- Pase por aquí, puede cambiarse. Luego salga, le haremos masajes.
- (chucha, la mano más profesional para masajes había sido la de Eric, esto era totalmente nuevo para mí)

Y qué decirles. Caí dormida apenas empezaron con la cabeza, bajaron por mi espalda, mis brazos, las manos (las manos!!!), las piernas, los pies (los pies!!!).

- señorita?
- (me cagó el momento)
- Puede darse la vuelta?

Se fueron al cuello, al pecho, los costados, de nuevo las manos (las manos!!!), las piernas y los pies.

- la dejo dormir?
- Por favor

Y habrán sido 5 minutos, pero no necesitaba más.

- ahora pase a su facial

Pucha, la verdad que no me gastaré en describir la nueva tortura. Sí, sí, muy bonitas las mascarillas humectantes, de cerum y no sé que vitaminas. Pero la sacadita de puntos negros de la nariz es TERRIBLE y bien pudo haber sido parte de la Santa Inquisición. Mis ojos lagrimeaban, mi nariz destilaba… y así querían que me relaje??

3 horas después salía del spa y necesitaba seguirla. ¿qué hacer?

Pasé por Vivanda, por un vino blanco y un pequeño queso para mantener el estado de clímax en el que me encontraba.

Eran las 6.30 y empezaba sola, con una copa de vinito helado y una tablita de queso. Way too nice, viendo a quién sacarle cachita por Messenger, mientras esperaba la llamada de mi novio quien, ni bien vino, me acompañó con mi vinito, mientras me cocinaba (sí! Mi novio me cocina!) un pollito oriental bien a mi style (sabores suaves, bajo en grasas, y RICO).

Abrimos la segunda botella, nos sentamos a conversar, tele, amor... Y eso es todo.

¿Para qué más?

(y el fin continuó el domingo, pero yo tengo que ponerme a chambear)