9.11.2014

Un cuarto para las siete

Me despierto a un cuarto para las siete. 
Entro a la ducha, me cambio, bajo a desayunar.
Un cuarto para las siete. 

Desayuno, chequeo si tengo tiempo para un poco de WEBeo.
Un cuarto para las siete. Joder.

Me lavo los dientes, me miro una vez más al espejo. Tomo mi bici hacia el paradero de bus.
Se pasa el día y vuelvo.
Cocino o es muy temprano?
Un cuarto para las siete. Basta, no?

Veo un rato tele, cocino. Ceno.
Estos días ceno sola pues Esposo está en un viaje por chamba.
Ceno, veo tele, me molesto con la tecnología porque el Netflix no funcional (y lo Twiteo) y le pregunto a Pedro* que qué hora es.
No, Pedro no sabe ver la hora.
Pero yo sí, y aún es un cuarto para las siete. Yo, bien necia.

Es un problema cuando al único reloj de la casa se le gasta la pila.


*Pedro no es mi cámara, nunca tan loca, es el gato en la pantalla






3 comments:

  1. Has descubierto como detener el tiempo y tú ni enterada. Solo hay que buscar la pila que hace que el tiempo del mundo avance.

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  2. me ha hecho reir buen post

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