6.16.2012

3. A comer papaya (porque glacial de lúcuma, no hay)

Vamos a la playa. Texel 2012.
Hace poco fui a la playa que fácilmente podríamos confundirla con una playa limeña. Un mar no tan azul, ni tan verde. Una arena nada blanca. La gente, salvo una que otra desinhibida con las tetas al cielo, funciona de la misma manera que cualquier hijo de fulano: los niños embadurnados de bloqueador compiten por el castillo de arena más alto, otros juegan paleta en la orilla, las señoras buscan el bronceado perfecto y los señores, cerveza en mano, miran el mar mientras "escuchan" a su esposa contándoles que el hijo de fulanita, y que el vestido, y que los niños, que por aquí, y allá.

Todo parece normal.
Pero no. Nada de esto es normal.

Amigo y amiga lector. Número uno: acá no tenemos heladeros, ni con glacial de lúcuma, ni con helado en vasito. No tenemos ni al barquillero al que creo que nunca le compré pero que igual, se me dio por extrañar. Además, no está el señor que vende libros pirateados, o la tía de los pareos y aretes de conchitas. Y ni hablar del chico del club house con su carta de piqueos. No hay tequeños. No hay choritos a la chalaca. Amigo y amiga lector: no hay choritos a la chalaca. Y te lo digo con la misma pena que sentí el día que me declararon alérgica a los mariscos y lo confirmé unos años luego cuando probé UN chorito y se me hinchó la cara izquierda - porque todos tenemos dos caras, ¿no? la derecha y la izquierda.

Y luego de unos minutos en que tantos fantasmas pasaron por mi cabeza, respiré. Mi novio me pregunta qué pasa, le respondo que nada. Y es que él no va a entender.

Entonces decido mojarme los pies. Decisión que podría considerarse normal si no fuera porque el mar del norte es cien veces más frío que la corriente del Humboldt de la que me hablaron en el colegio, esa que hace que el mar limeño sea no tan azul, ni tan verde, y que además, no tan caliente "como el de miami". Y regreso a mi sombrilla, que por cierto, no tiene mi nombre, pero sí mi toalla, y a mi novio tomando sol porque quiere tener mi color. Iluso.

***

Hoy es 16 de junio, 4 días antes del inicio oficial del verano y, salió el sol. Como quien hace algo diferente, le dije a mi novio para ir hoy a la playa. Él me miró y con una tierna sonrisa como si mi sugerencia hubiese sido un chiste mal contado. "Este no es clima para playa", responde como aguantándose la risa. Oh-oh-oh-oh.

Nota: el chico de la mochila celeste es mi novio. Guapo, eh?

2 comments:

  1. Amé la foto!!! Ese lugar es un sueño Mu!!! Con playas así qué importan los heladeros! Es bella!!!

    Disfruta tu verano cuando llegue de verdad :)

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  2. Hazle entender al novio que los crudos no se broncean, se sancochan.

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