1.27.2011

Cartas por enviar

Estimado doctor, dos puntos.

Nunca le confesé esto, pero cuando era niña, esa de "cuando sea grande, quiero ser como mi papá" no se daba. Yo quería ser como usted. Su cosultorio, era lo que hoy sería para mí una tienda Mac con todos sus gadgets: moldes de dientes, herramientas punzantes, esa que hace bzzz y el cepillito mágico que te quita toda la mugre. Yo quería ser dentista.

Hasta que sucedió lo inevitable.

Primero, fueron los cuatro pre-molares. Nunca en mi vida vi tanta sangre saliendo de mí, ni sentí tanto dolor como cuando se fue la anestesia. Luego, fueron los brackets... los cinco años de brackets (no señores, no hay fotos de esta etapa oscura de mi vida, si las hay de cuando era una conejAZA y no me refiero a las de playboy... sucios); luego, en paralelo, el bozal. (No tan) estimado doctor, yo creo que usted se la agarró conmigo (quizá pensó que le robaría clientes).

El resultado: no sólo no quería más ser dentista. No quería IR a ninguno. Pero así como errar es humano, perdonar es divino, y su trabajo (y mi esfuerzo) me dejó con una sonrisa de diosa, se lo perdoné... pero no lo olvidé, y menos hoy día, pues en menos de 24 horas me van a sacar las muelas del juicio...

... y tengo miedo.

Atentamente,

Mu

3 comments:

  1. Confieso que fui un sucio.

    Por otro lado, ese doc quiere asegurar su vejez contigo y no te va a soltar hasta ponerte una casetera.

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  2. APROVECHA PARA COMER MUCHO HELADO.
    PERO MUCHO.
    Y PARA DELEITARTE CON LAS MEDICINAS DE PRESCRIPCIÓN.
    Eso hice yo cuando me sacaron las 4.
    Fue un mes feliz.

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  3. Eso eso harrrrto helado!
    Pero nada, se pasará al toque y te engreirán mucho!

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