A casi seis meses de estar viviendo en Amsterdam, no siento más esa poca nostalgia que me podía tener metida en una cama todo el día (bajo la excusa de que el frío es insoportable para este cuerpecito latino). La verdad, triste no estoy (joder, si estoy feliz!), sino que tengo hambre.
(Por favor, nadie vaya ahorita a decirle a mis papás que acá no me dan de comer)
Déjenme explicar. Las monjas, para “motivar” nuestra colaboración en los miércoles de víveres nos decían: “ustedes no saben lo que es tener hambre”. Bueno, mi querida monjita del Villa María, yo hoy tengo hambre y tengo hambre de Lima.
Y no sólo de su comida. No no… yo saco el pecho por la comida peruana, su chilcano y su Doña Pepa (la que era de Field, de ahí se hizo nabisco y ya no es lo mismo), pero a mí me gusta comer y acá no paré de hacerlo y encontré sabores muy buenos. Descubrí la comida India que es mi ir a misa de los domingos. Aprendí a cocinar algunas cositas, y no lo hago tan mal. Y los chicos de mi casa cocinan casero y cocinan ñami. No me refiero a hambre de comida… solamente.
Tengo hambre de un Combinado. Poner en un plato a mis amigos, a mi familia y a Elvis. Maridarlo con botellas de vino y un fin de semana en la playa. Sazonarlo con cantidades poco saludables de sol, mar y juerga con mis amigas, mi hermana y mi prima. De postre, una empanada de ají de gallina de T’Anta con un pastel de choclo vegetariano de la 73 y sudado de pescado de La Mar; todo esto decorado con la miel del Café Sour de Pisco Bar. Para bajarlo, infusion de vino blanco y el “cafecito” con las amigas. Finalmente, para no sentirme tan culpable, un paseo en bicicleta por todo el melcón, y si hace mucho calor, que me lluevan rolls de Hanzo para refrescarme (y dije que lo que extrañaba no era la comida…).
Quiero empacharme de Lima, con ustedes y decir salud en castellano. Y sólo Dios sabe cuánto quiero verano (sobre todo por tanto comentario de facebook referente al calor, al sol, a los fines de semana a la playa.... mejor paro que me da inanición).
Sin embargo, por ahora sólo me queda hacer dieta y aguantarme el hambre. Salgo de vacaciones en Julio, pero como sabrán, Julio es verano acá en Europa y luego de este invierno que no se lo deseo a nadie (jaja, la más exagerada), cambio a mi Lima panza de burro por un viajecito a Barcelona. Pero que el verano 2011 de Lima se prepare, porque me lo voy a comer todo.
lo bueno MU es que Lima no engorda
ReplyDeleteLos sabores, los olores, los colores... Lima lo tiene todo para enamorarnos de ella y además hacernos echarla de menos con hambre desaforada.
ReplyDeleteEuropa no está mal, aunque a veces sea un poco sosa.
Un saludo!