Y me acuerdo de este cuento porque el invierno se acerca, y quisiera que las hormigas piensen un poco como la cigarra porque no importa dónde esté, tengo una hormiga al lado. Es más, no sólo al lado, las tengo en el cuerpo caminando por mi brazo, mi espalda, mi pierna, mis dedos... joder. De dónde salen y cómo llegan ahí?? Pensé que era solo mi casa, dije "claro, será por el jardín". Llegué a la oficina y maté una que caminaba por mi brazo... maldita, acá no encontrarás provisiones para invierno, lárgate.
Ahora mismo, terminando de escribir este post, acabo de matar a otra en mi espalda. Para joderla más, un torito acaba de entrar y está próximo a chocarse con la pantalla de la computadora. Mejor la apago, además es tarde.
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