De aquel momento en que tuve el corazón en la mano

Se despertó esa noche con un respiro ahogado como si tuviera algo atorado en la garganta, y asustada, se puso a toser hasta las arcadas.

Tosió, y tosió, y tosió hasta escupir en su mano un corazón ensalivado, gigante y bombeante; y sin preguntarse cómo había terminado ahí, lo tomó con las dos manos para mirarlo de cerca, descubriendo en él todos los nombres, historias y lágrimas que en él había escrito alguna vez.

Pensó en borrar algunos.
Pensó en escribir otros que nunca quedaron.
Pensó en guardarlo en su cajón para que nunca más vuelvan a hacerle daño.
Pensó en mil otras cosas, pero prefirió volver a ponérselo en la boca, tragarlo con un vaso de agua y acomodarlo con un breve -y casi silencioso- "ehem", para volver a dormir.



O sino por qué me desperté hoy con ganas de volverme a enamorar.