cuando volví la cabeza, me di cuenta que quien respiraba en mi espalda, no era más que mi sombra; y enfadada (y picona) culpé -como siempre- a mi corazón de piernas cortas.
aceleré el paso y recordé que tú siempre ganabas (incluso dándome ventaja) y que en esta última carrera, tú saliste primero.
no vale.
(sí vale.)
ahora ya ni te veo.
felizmente, mi resistencia es buena.
agua.
*la foto es de tahuano
Hay un verso de Blanca Varela que habla justamente de la sombra traidora, me hizo acordar tu post.
ReplyDeleteMe gustan tus palabras, tu corazón de patas cortas.
Nos leemos.
PD: Buena foto de Jano.
Corazón de piernas cortas,linda figura.
ReplyDeletehay q vivir con la sombra
ReplyDeletesin ella somos la mitad de quien somos en realidad
un beso