Daniela

Su corazón hizo marcha con todo el sistema nervioso, mismo morro de Chorrillos: “el corazón no se vende, el corazón se defiende hasta con la vida” y el cerebro, quien un día logró conquistar el mundo, ha entrado en negociaciones con él y con todos.

Primero que todo les dijo “ubíquense”.

El corazón aceptó bajar sus revoluciones y el tiempo, hacer su trabajo. Sus manos, están de acuerdo con que los mitones son suficientes y no necesitan de nadie; pero el lunar de su pie reclama autoría y sigue haciéndose el desentendido. Está en desacuerdo con el tatuaje y dice que para manchas en su cuerpo, él.

Su estómago paró la huelga (cagados, a engordar de nuevo) y el hambre ha regresado, sus ojos prometen ser fuertes: no más lágrimas porquesí. Sus oídos hicieron paces con el ipod y con las 14 canciones semi-bloqueadas; incluso, esperan con ansias las novedades de una nueva producción.

A cambio de todo esto, exigieron un pago constante de vino tinto, más bicicleteadas en la semana y salir de casa los domingos; además, pidieron liberar a los suspiros ahogados que han regresado con furia.

Y sonrío, porque yo solita me entiendo.