Antojos de viernes santo

Por alguna tradición que muchos desconocemos, en semana santa se come el bacalao. Yo googleando (tú googleas, nosotros googleamos, vosotros googlearéis), me enteré que existía la costumbre de que luego de la visita de los monumentos, muchachos recibían la encomienda de llevar a algunos vecinos una cacerolita con bacalao guisado. En otros casos, era el alimento que usaban para romper el ayuno aquellos que necesitaban comer algo. Era como que lo permitido.

Anyway, la vaina es que para evitar la carne roja que dicen no debe comerse el día que murió Jesús, se come bacalao. Y muchos lo odian.

Es verdad? Muchos lo odian?

Las estadísticas en mi casa son que, de 10, 2 no comieron el plato, a 6 les pareció buenazo y 2 se lo adoraron por no tener la menor idea de lo que era. Yo sí sabía qué era pero no estuve ahí, estaba en Huaraz extrañando el menú que TOOOODOS los años hacen en mi casa (y que este año reemplacé por una cremita de espárragos y un lomito con champignones, pero es comprensible si consideran que hice mi caminata de 4-5 hrs sin desayuno en el estómago).
Guiso de bacalao con garbanzos. QUE ME ENCANTA.

Cuando me subí al bus el viernes en la noche, pensaba en cómo apenas llegara a la playa el sábado abriría la refri para ver si había sobrado del almuerzo un poquito de este plato que no tengo idea qué tiene de especial (o sea, vamos, … es garbanzos y bacalao… ninguno de los dos suena gastronómicamente sexy), pero que de pensarlo ya salivo. Mira, no tengo nada en contra de la comida, pero si no es las 12.50 del día, normalmente no pienso en ella. Pero acá eran las 10:40pm y no podía dejar de pensar en ese platito en donde chapotean el pescaditodenombrehorrible y el pallarquedagases.

Y fue sábado y estaba lista para comer de ese táper helado que esperaba ser calentado. Pero me llamaron de la casa de al lado y traicioné mi calentado por unos vinos (a veces pasa), pero además sabía que nadie se los iba a comer porque el arroz con pollo del sábado tenía más adeptos.

Tralalá, pasaron las horas y ustedes saben como a las 3am a uno le da hambre??

Pues sí. Y qué?

Ven a mí, mi adorado menú de viernes santo. Te juro que no te cambio ni por la vaca más sangrienta, ni por el salmón de mi madre… te lo juro. Tú quedas.