A menos de un mes para volver a pisar suelo limeño. A menos de un mes de respirar de nuevo ese tufillo de humedad y sal, y mezclarlo con lo que escucho un calor infernal - que me queda claro es una exageración (y si no lo es, es lo que necesito luego de tres meses de este invierno chusco*).
Desde que me fui, volver a Lima me recuerda a cuando tenía 7 años y mis papás me llevaron a Miami y manejamos a esta tienda de la cual sólo había escuchado como si se tratara de una leyenda: Toys´R Us. Pisos y pisos de juguetes, y con un carrito de compras como si se tratara de un supermercado. (Un carrito de Wong pero lleno de juguetes!!!). Las mariposas en la panza y el no saber por dónde empezar. Además, acá nadie es millonario, entonces no lo puedes tener todo, hay que saber elegir qué meter en ese carrito. O en el caso de Lima, qué vamos a hacer, a quién vamos a ver, y claro: dónde y qué vamos a comer.
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Desayuno en casa de mi tía Zoili |
Cuando viajo a Lima, de nuevo tengo 7 años y estoy en la entrada de esta tienda de juguetes mirando al techo, calculando mi límite, y planeando estratégicamente cada segundo. Valdrá la pena esa parada en T'anta por mi empanada de ají de gallina? La casa de mi tía me asegura patacones, juane y tacacho. Es más, la visita a Tarapoto que tengo planeada me duplicará esa necesidad. No creo que valga la pena conocer Amaz. Pero una paradita en La Mar no estará de más. Tengo que almorzar con mis abuelitos. Tengo que ver a mis amigas, tengo que visitar a mi "chica de la cera" y tengo PEROTENGO que ir a la playa. Dónde está el mejor chilcano? Tengo que ver a mi sobrina Antonia, conocer a Nico y a Ignacio (los nuevos bebés de mis amigas), me debo una noche de vinos y sushi con mi hermana, y un domingo de relax con mis papis. Tengo mil conversas que "nos debemos" para ponerme al día, muchos abrazos que dar y recibir. Tengo que salir con mi madrina, ver a mis primos y qué tanto más altos que yo están. Tengo que salir a correr por mi ruta favorita. Y quizá, tengo tiempo para cobrarme esa deudita que me deben (pff...).
Tengo que muchas cosas, y quiero muchas cosas más.
Contando los días para volver a Lima :)
*Invierno chusco.- dícese del invierno mezcla de primavera y otoño: ni muy-muy, ni tan-tan. Lluvias, vientos, y sol. Mis flores siguen despiertas pensando que empieza la primavera en cualquier momento.