A veces (muchas veces), los días no son sólo cortos y fríos pero también húmedos.
La lluvia no sólo limpia las calles y los canales, pero a veces también se lleva los planes de la gente, las ganas de salir y, cuando quiere, las sonrisas. Yo no me dejo. Yo miro la lluvia desde adentro y abro la ventana para tocarla mientras trato de tomarle una foto para mostrarle a a todos, que por un lado la ciudad se baña y por otro se asoma un tímido sol (pero la foto no sale, nunca me sale).
A veces, además de cortos, son tristes.
Pero sólo a veces.